Las bondades que, en opinión de la alcaldesa Irene García y de Juan Marín, iban a suponer la privatización del ciclo integral de

Las bondades que, en opinión de la alcaldesa Irene García y de Juan Marín, iban a suponer la privatización del ciclo integral del agua se está demostrando que ha sido toda una patraña, una gran mentira para justificar una operación desastrosa para el interés general de la ciudad que cada día que pasa ofrece más sombras que luces.

 

Ambos afirmaron en su día que esta privatización era muy positiva para la ciudad porque iba a suponer una ostensible mejorar en el servicio y que no iría acompañada, de ningún modo, de un encarecimiento del recibo de agua a la familias sanluqueñas y que el dinero obtenido venía muy bien para las arcas municipales.

 

Pues ni una cosa ni otra. Como ha podido demostrar IU, el servicio que presta la empresa concesionaria es más que dudosa, como consta en el informe de un técnico municipal en el que refleja que se está vertiendo agua residuales al mar sin la debida depuración, todo ello a pesar de las millonarias obras, 2`5 millones de euros, encargas por el ayuntamiento a la propia concesionaria que pagamos todos los sanluqueños.

 

Con el dato que ofrecemos hoy, desmontamos el otro argumento de que el recibo no se encarecería. En tan solo dos años después de privatizado el servicio el recibo del agua ha experimentado una subida media del 30% para todos los sanluqueños sean cuales sean sus circunstancias económicas y sociales. Cualquier ciudadano puede comprobarlo en sus casas fácilmente.

 

Si todo esto no fuese lo suficientemente grave, hay que añadir la incomprensible inhibición del ayuntamiento en el control a la concesionaria del servicio. Lo cierto es que la empresa concesionaria incumple el pliego de condiciones con la impunidad que le da dicha inhibición de la alcaldesa en todo lo concerniente al servicio del ciclo integral del agua.

 

La realidad es que todo ha sido una enorme mentira además de, cuanto menos, una funesta operación que ha supuesto una pérdida de al menos ocho millones de euros a las arcas municipales, si la comparamos con lo que ha obtenido otros ayuntamientos de la provincia por la privatización de este mismo servicio. Hecho que hace que cada vez más sanluqueños se pregunten ¿solo hubo una mala negociación?

 

Por otra parte, ni en la ciudad ni mucho menos los sanluqueños se han visto beneficiados por la privatización del ciclo integral del agua. Los 16´5 millones de euros, que ahora hemos sabido escasos para lo que han percibido otras poblaciones, no han supuesto en modo alguno mejora en la ciudad de ningún tipo. Los sanluqueños han comprobado impávidos que la privatización de un servicio esencial como este, ha supuesto un encarecimiento a la vez de una perdida de la calidad del mismo, sin mejoras de otra índole para ciudad. Estos 16´5 millones de euros se han volatizado no se sabe en qué, aunque hay que recordar que muy pocos meses después de la operación de privatización hubo elecciones municipales.

 

Por todo ello, IU insta a la alcaldesa que aclare todas estas dudas cuanto antes no vaya a ser que se le coja en un “sobrecogedor” renuncio y que, en cualquier caso, exija a la empresa que presta el servicio que parte de los beneficios obtenidos lo revierta en una generalizada bajada de los recibos del agua a todos los sanluqueños y que garantice la calidad e integridad del servicio que se comprometió a ofrecer en el pliego de condiciones.