Desde IU no vamos a entrar en temas personales ni en cómo debe organizarse internamente un partido, sin embargo, creemos que políticamente, la dimisión de Irene García merece una crítica.

Desde IU no vamos a entrar en temas personales ni en cómo debe organizarse internamente un partido, sin embargo, creemos que políticamente, la dimisión de Irene García merece una crítica.

 

Y merece una crítica política porque entendemos que como alcaldesa de este ayuntamiento, como capitana de este barco, abandona el barco cuando ve que el barco se hunda. 

 

Y en efecto, el barco se hunde. El ayuntamiento se encuentra en una situación extrema, en una situación de ruina, gracias no solo a la herencia de Laura Seco y Rafael Rubio, sino que ya podemos dar las gracias también a la herencia que deja Irene García.

 

Herencia en forma de mentiras e incumplimientos de promesas electorales. Prometió que se bajaría el sueldo a la mitad y no lo ha hecho. Prometió un puerto deportivo. Prometió el arreglo de los accesos a la ciudad. Entre otras promesas.

 

Herencia en forma de utilización de entes como el grupo de desarrollo rural para dar trabajo a la prima de un dirigente local del psoe y a dos exconcejales del psoe de Bornos, en forma de privatizaciones como la privatización n del ciclo integral del agua. En el puerto d santa maría, el psoe se opine a la privatización del agua con argumentos como que privatizar es propio de la derecha más rancia, aquí sin embargo privatizan. O en forma de utilización de la gerencia municipal de urbanismo para beneficiar los intereses de unos pocos. Recordemos la recalificación de la loma de Carranza, que casualidad que la mayor parte de los terrenos pertenecieran a un constructor.

 

En definitiva, Irene García ha visto que el ayuntamiento se encuentra en una situación extrema y ha preferido huir. Es más, llevaba unos meses huyendo, sin aparecer mucho por Sanlúcar excepto para algún que otro acto de carácter más populista en busca de su minuto de gloria. 

Nada más y muchas gracias.