El Psoe de Víctor Mora, o mejor dicho, lo que puede quedar del PSOE al ser convertido en herramienta de sustento económico del alcalde y unos pocos más, a falta de poder vender algo digno en su gestión, se ha volcado en pedir la dimisión de la compañera portavoz municipal y diputada provincial de IU, Carmen Álvarez.
El Psoe que engañando a los sanluqueños nunca recogió en sus programas electorales la implantación de Planes de Ajuste, ni las subidas de impuestos y tasas ni los recortes en servicios municipales y despidos de trabajadores.
Este Psoe, es el que utilizó el Grupo de Desarrollo Rural Costa Noroeste como algo parecido a una agencia de colocación hasta su disolución, colocando como gerente sin experiencia alguna a una prima del que fue jefe de gabinete de alcaldía, así como a técnicos a varios exconcejales socialistas de Bornos.
El Psoe, que se encadenó alrededor de la Casa Arizón en defensa del patrimonio municipal y que cuando llegó a la alcaldía facilitó que se perpetrara el atentado a dicho patrimonio.
El mismo Psoe que por acción u omisión benefició tanto a la concesionaria del servicio integral del agua desde su privatización que supuso un ingreso de 12 millones de euros que aún no se sabe en que se emplearon. Y el perjudicó al Ayuntamiento al aplicar unas ridículas sanciones que, curiosamente, fueron anuladas por defectos de forma.
El Psoe que buscó una solución imaginativa que sirvió para librar a las Dunas de una millonaria sanción urbanística de más de 12 millones de euros por exceso de construcción, ejemplo de capitalismo de amiguetes.
El Psoe, que más allá del rocambolesco “incompatibilidad sobrevenida desconocida por las partes”, aún no ha justificado el contrato ilegal de Las Escuelas de Verano adjudicado a un funcionario de empleo socialista, que tuvo que ser cesado y que posteriormente terminó contratado como personal de confianza de Irene García en la Diputación. Asunto que aún se tiene que sustanciar en los tribunales de justicia.
El Psoe que mintiendo prometió 2.500 viviendas sociales de nueva construcción que sirvieron como excusa para la reclasificación de los terrenos de Carranza, en otro ejemplo palmario de capitalismo de amiguetes.
El Psoe que aplicó una tasa ilegal a los placeros de la Plaza de Abastos y que un juez en sentencia dictaminó su ilegalidad y, por tanto, la devolución de lo cobrado ilegalmente junto a los intereses por cobro indebido, perjudicando a las arcas municipales por ello.
El mismo Psoe que permite que en las empresas municipales, además de aquel coordinador general sin capacitación profesional alguna siga cobrando más que el presidente del gobierno, permite que haya otro reducido grupo de contratos por encima de los 80.000 euros.
El Psoe que lleva a cabo una Relación de Puestos de Trabajo escandalosamente costosa con el único objetivo de premiar a determinados colectivos de trabajadores municipales, que cobran entre 15 y 18 mil euros más al año.
El Psoe de la falta absoluta de transparencia en la gestión y el de los presuntamente irregulares procesos selectivos y de la compra de voluntades dentro y fuera del consistorio.
El Psoe que, más allá de utilizarlo como clientelismo, nada ha hecho por reducir de manera efectiva el enorme paro que padece la ciudad por falta de inversiones para mejorar las infraestructuras.
Por todo ello y por muchas razones más, este Psoe con el alcalde, Víctor Mora, a la cabeza, que gobierna de la mano de la derecha y que prefiere consensuar los presupuestos municipales con tránsfugas, especialmente con el tránsfuga de la extrema derecha xenófoba, misógina y retrograda no puede permitirse dar lecciones de nada. Por eso, solo queda decirles que se dejen de chapuzas y churretes y gobiernen de forma digna en pro del interés general, aunque sea por equivocación.