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Mientras que Víctor Mora ha tenido tiempo este verano para ir de sarao en sarao, no ha dispuesto de un momento para dar las explicaciones necesarias sobre muchos asuntos que están sobre la mesa y que nunca se ha dignado a referirse en lo más mínimo. La incomprensible falta explicación y la nula transparencia en la gestión están creando un turbio ambiente en el Ayuntamiento y un run run en la ciudad sobre que en el consistorio se gestiona de todo menos los verdaderos asuntos de interés para los ciudadanos.
Víctor Mora, por acción u omisión, fue cómplice necesario para que la prima del exjefe del gabinete de alcaldía y exresponsable de organización del PSOE de Sanlúcar, Fernando Verdún, fuera contratada sin formación ni experiencia necesaria como gerente del GDR Costa Noroeste, lo que originó que subvenciones europeas a proyectos que podrían crear riqueza y puestos de trabajo en la ciudad se perdieran. La prima fue cesada cuando IU denunció el hecho.
Víctor Mora, por acción u omisión, es cómplice de que al Centro Comercial “Las Dunas” se le condonara una sanción de cerca de 15 millones de euros por exceso de construcción de 8 mil metros cuadrados, gracias a una solución “imaginativa” de la Gerencia Municipal de Urbanismo, mientras permitía la demolición de una casa a un trabajador sanluqueño, a la que la Gerencia de Urbanismo no le encontró una solución imaginativa que impidiera su derribo.
Víctor Mora, por acción u omisión, según denunciaron los sindicatos del ayuntamiento, fue cómplice de ciertos tratos de favor a empleados municipales para debilitar la lucha sindical, hasta el punto de aprobar subidas de sueldos que después tuvo que rectificar por haber sido calificadas por la Junta de Andalucía como ilegales.
Víctor Mora, por acción u omisión, es cooperador necesario, junto a Juan Marín, del fraude mayúsculo cometido por Aqualia en el cobro ilegal en los recibos del agua, de cuya debida devolución el equipo de gobierno PSOE y CIS se inhiben controlar mientras que si un ciudadano se retrasa en el pago se le corta el suministro del agua sin más. Víctor Mora y Juan Marín se niegan a iniciar procedimientos sancionadores y a llevar el fraude a los tribunales.
Víctor Mora, por acción u omisión, es cómplice de que el exconsejero del socialista de la Junta de Andalucía, Angel Ojeda, imputado con cargos de falsedad documental, fraude en subvenciones, apropiación indebida y delitos contra la Administración Pública, perpetrara en nuestra ciudad parte de sus fechorías con los cursos a desempleados que nunca se llegaron a efectuar.
Víctor Mora, por acción u omisión, es cooperador necesario en la adjudicación del contrato de la Escuelas de Verano y otras vacaciones a una empresa propiedad de su asesor económico, Francisco Collado Cuesta, cuya nulidad por una incompatibilidad “sobrevenida” han procedido a tramitar tras la denuncia de IU Sanlúcar. Al parecer, ninguno de los dos, ni tampoco la delegada municipal de educación, Elena Sumariva, conocían que ser funcionario del Ayuntamiento es incompatible con contratar con el mismo.
En ninguno de los casos reseñados, Víctor Mora, no solo no ha asumido la más mínima de las responsabilidades, sino que se ha negado a dar explicaciones, en un desprecio absoluto a los sanluqueños en una muestra más de la impunidad de la que creen que gozan estos gobernantes y eso le capacita para no tener que rendir cuentas a nadie ni con nadie, utilizando, por tanto, los recursos municipales al servicio de sus intereses partidistas y particulares.
Víctor Mora, falto de ideas y de iniciativas, al frente de un proyecto que de existir, nunca ha sabido liderar ni mucho menos coordinar, da señales inequívocas de que su paso por la alcaldía está agotado y amortizado. En este sentido hay algunas voces que cuestionan su liderazgo en la agrupación socialista sanluqueña.
En términos deportivos, se diría que su gobierno se encuentra en los minutos de la basura, para mal de los sanluqueños y de la ciudad, pero no para los intereses personales de Víctor Mora, porque para subirse el sueldo y beneficiar a sus amiguetes si que muestra diligencia extrema.
De seguir en esta actitud, quedaría inhabilitado como alcalde, no solo por su lamentable gestión municipal, sino también por permitir por acción u omisión que en esta ciudad se sigan cometiendo fraudes sin que mueva un dedo para evitarlo.