En el pleno municipal del jueves pasado se ha evidenciado como a falta de argumentos consistentes y coherentes para rebatir las posturas del grupo municipal de IU ante los distintos puntos del mism

En el pleno municipal del jueves pasado se ha evidenciado como a falta de argumentos consistentes y coherentes para rebatir las posturas del grupo municipal de IU ante los distintos puntos del mismo y la mantenida respecto a la disolución de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir, los socios del gobierno local PSOE-CIS y el no declarado pero que está siendo ampliamente beneficiado por su apoyo servil e incondicional a todo lo que haga y diga el equipo de gobierno, han recurrido al ataque y a la descalificación personal de los concejales de IU.

 

La alcaldesa Irene García, no solo, en ningún momento impidió estos lamentables, pocos edificantes y nada democráticos hechos, sino que participó en el triste espectáculo cuando de la forma más despectiva y chabacana, más propia de otros ámbitos donde debe sentirse muy cómoda, dijo eso de “dejad al chaval que quiere su minuto de gloria” refiriéndose al concejal y coordinador local de IU, Cristian Sánchez cuando estaba en uso de la palabra. Al igual que pretendió en distintos momentos ridiculizar la labor del delegado territorial de fomento, vivienda y comercio y coordinador provincial de IU, Manuel Cárdenas.

 

Los ataques desde el minuto uno del pleno al grupo municipal de IU fue brutal, desproporcionado e insistimos impropiamente consentido y participado por la chabacanería de la alcaldesa. Muy probablemente porque no quieran que se sepa, entre otras cuestiones, que detraen una partida de 55.000 euros dedicadas a personal para dedicarlas a publicidad, para asegurarse que el semanario local siga en la línea de la continua loa a su gestión municipal y maquillaje de la realidad, así entiende estos señores la defensa de los intereses de los sanluqueños.

 

Todos participaron en el festín de una forma u otra, Mora, Juan Marín, incluido el socio oculto. Pero el mayor despropósito y que fue más lejos en los insultos fue el concejal del CIS, Antonio Reyes, que dejando atrás su reconocida y vasta formación académica y educación como mejor argumento para apoyar su tesis dirigió una serie de descalificaciones personales al portavoz municipal de IU, Rafael Terán, inadmisibles e impropias de un pleno municipal.

 

Antonio Reyes, ese pluriempleado, cobra de su actividad profesional y de su actividad política en una ciudad con más de 16.000 desempleados, mantiene una muy difusa frontera que nadie sabe cuando está interviniendo en uno u otro sentido, antes de pretender dar clases de nada, ni de geografía porque a pesar de sus esplendidas calificaciones en esa materia al parecer no sabe donde queda la Jara ya que por allí no se le ve, debería explicar a los sanluqueños por qué presuntamente tuvo que dejar su responsabilidad sindical un cuarto de hora antes de que le echaran de la central sindical en la que militaba.

 

Igualmente debe pedir perdón y marcharse de la política, prometiendo solemnemente que nunca más lo va a intentar, porque su labor al frente de las responsabilidades municipales que ha ostentado ha sido un rotundo y reconocido fracaso. Como delegado municipal de Fomento en la legislatura anterior, su fracaso político fue estrepitoso; en esta legislatura como delegado especial de la Jara no se le conoce actividad alguna y en cuanto al Turismo, seguimos sin ningún proyecto turístico definido para la ciudad y tan solo rutas y más rutas beneficiando a un sector concreto, poniendo nuevamente de relieve la difusa frontera entre su actividad política y profesional. Algunos tienen un concepto muy particular respecto en que  consiste la defensa de los intereses generales de los sanluqueños. 

 

Este señor amenazó con llevar la gestión y las cuentas de la MMBG a los tribunales, pero seguro que no se atreverá a sentar en el banquillo a la Alcaldesa como vicepresidenta económica de la mancomunidad, por razones obvias.

 

A modo de argumentario hay consigna evidente para pretender responsabilizar a los concejales de IU del fracaso económico, laboral y social de la gestión del equipo de gobierno actual y del futuro, pero esta estrategia es tan evidente y burda que fracasará, entre otras cosas porque los sanluqueños no son tontos aunque la alcaldesa con su chabacanería así lo crea, y porque IU se va encargar de desmontar poco a poco y sin descanso todo esta patraña urdida para ocultar su incapacidad en la gestión municipal.