El pasado jueves se ha constituido la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir, bajo el signo de la debacle económica y administrativa en la que esta sumida la institución, e

El pasado jueves se ha constituido la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir, bajo el signo de la debacle económica y administrativa en la que esta sumida la institución, en un esperpéntico acto donde el PSOE demostró de una forma clara y meridiana el desinterés por reconducir mínimamente el desastre en que ha convertido a la Mancomunidad su gestión durante más de veinte años. Del mismo modo, se puso de manifiesto la lucha interna en la que esta sumido el PSOE, en la que no dudan en utilizar las instituciones como medio de conseguir poder en su partido. De esto último, nuestra alcaldesa, Irene García, ha puesto de manifiesto saber bastante.

 

Dicha constitución estuvo a punto de frustrarse y ello causó un considerable retraso, porque los representantes socialistas, a quienes corresponden presidir  la mancomunidad por ser el grupo mayoritario, no se ponían de acuerdo entre ellos en quien debía presidirla. Al final, después de muchos dimes y diretes entre ellos, la presidencia recayó en la alcaldesa de Lebrija, que entre sollozos tuvo que aceptar la designación.

 

La Mancomunidad del Bajo Guadalquivir se haya sumida en una considerable crisis económica, con una deuda de más de 15 millones de euros y donde la plantilla lleva 5 meses sin percibir sus nóminas y sin que nadie apunte solución alguna. A pesar de los denodados esfuerzos de la plantilla, el deterioro de los servicios que presta la institución supramunicipal es más que evidente..

 

De esta situación, solo y solamente solo, es responsable el PSOE, que desde que se creó la mancomunidad la conceptuó como un lugar de “refugio” para los socialistas, que por una razón u otra perdían cobertura en los ayuntamientos de la comarca y para contratar a no pocos afiliados y afines de manera dedocrática. Los distintos responsables políticos y gerentes que han pasado por la mancomunidad no han sabido no han querido o no han podido hacer en ella una gestión, que sirviera para ofrecer los servicios mancomunados para los que se creó. Esto recuerda demasiado a lo que ocurrió en el Grupo de Desarrollo Rural Costa Noroeste.

 

IU de Sanlúcar defiende que debido a los escasos servicios que recibe de la mancomunidad y el elevado coste para las arcas de nuestro ayuntamiento, Sanlúcar debería salirse de la misma. En su día, IU presentó una moción en el ayuntamiento en este sentido, que el equipo de gobierno PSOE-CIS planteó dejarlo en la mesa, a expensas de los informes técnicos pertinentes sobre las posibles consecuencias de una eventual salida de la institución. Hasta la fecha nada se sabe y nada se ha hecho por parte del equipo de gobierno al respecto, con una dejadez impensable e irresponsable para los intereses de nuestra ciudad.

 

Los representantes de IU de Sanlúcar, decidieron asistir a la constitución con el único objetivo de que ésta se constituyera, para que se empezara a buscar una solución a la situación de los trabajadores, que llevan 5 meses sin cobrar sus nóminas, porque no deben ser ellos lo que paguen el plato de una gestión pésima y de las innumerable tropelías que han perpetrados los socialistas en la mancomunidad. No obstante, seguirán apostando que es más beneficioso para los intereses de nuestra ciudad que Sanlúcar abandone la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir.