Desde Unidad Popular-Izquierda Unida se apuesta por un proceso constituyente donde la ciudadanía tenga la voz , el voto y el poder de decisión.

 

La constitución actual contiene numerosos artículos sistemáticamente incumplidos por aquellos que más la invocan. Quienes con mayor frecuencia aluden a la vigencia de la constitución actual son los que más la incumplen. La Constitución actual no garantiza los derechos que proclama.

 

Se incumplen artículos como el artículo 35, que contiene el derecho al trabajo digno. Cinco millones de parados y los pocos afortunados que encuentran trabajo se ven con empleos a tiempo parcial por 400 euros en condiciones de semiesclavitud; o el artículo 47, que contiene el derecho a la vivienda digna. Miles de viviendas vacías en manos de la banca y de fondos buitres y miles de personas que no pueden acceder a una vivienda o que porque no pueden pagar la hipoteca porque han perdido el trabajo tienen que abandonarlas.

 

A ello se suma que los sucesivos gobiernos de PSOE y PP han incumplido y vaciado de contenido los aspectos positivos de la misma, con la crisis como excusa, supeditando al mercado y a poderes ajenos la soberanía popular. como muestra, la modificación del artículo 135 de la constitución llevada a cabo por PP y PSOE en 2011, por exigencia de la Troika, con la finalidad de que las administraciones públicas prioricen el pago de la deuda a los bancos con independencia de las necesidades financieras que éstas tengan en materias como sanidad, educación, pensiones o servicios sociales.

 

Las fuerzas del sistema y los poderes fácticos pretenden realizar en el próximo período una especie de segunda transición mediante una reforma Constitucional pactada y meramente cosmética que tendría como complemento fundamental e indispensable la redacción de una nueva ley electoral, más restrictiva y menos proporcional que la actual.

La constitución actual es una constitución agotada, vilipendiada. Por ello, la propuesta de la UP-IU para la próxima legislatura es confrontar con este intento de nueva restauración y plantear una respuesta conjunta de las fuerzas sociales, políticas, sindicales y ciudadanas que defendemos la necesidad de superar el agotado y carcomido régimen del 78, una respuesta que nace de la ruptura, una ruptura profundamente democrática, abierta, participativa y pacífica. Nuestra propuesta de ruptura habla de un nuevo marco de convivencia, un nuevo proceso constituyente donde la ciudadanía tenga la voz , el voto y el poder de decisión. El artículo 168 de la actual lo permite.  

 

En definitiva, es necesario un nuevo texto que recoja las necesidades y demandas de la gente, una Constitución por y para la gente, en la que se planteen las necesidades reales de hoy en día, los derechos sociales, democráticos, y la reforma de la ley electoral para ser un nuevo país más solidario, más participativo y más al servicio de las personas.